15 cosas que han cambiado en el móvil
Los teléfonos móviles han evolucionado a la velocidad del rayo. Al principio, pesaban como un ladrillo y eran de gran tamaño. Y su utilidad quedaba limitada básicamente a hacer y recibir llamadas, algo impensable a día de hoy. Y de estos robustos teléfonos se ha ido pasando progresivamente a otros cada vez más ligeros, hasta los smartphones con los que convivimos actualmente.
Y al igual que ha cambiado su aspecto, también lo han hecho sus funcionalidades. A continuación, vamos a hacer una lista de las cosas que han cambiado en el teléfono móvil:
- Ahora, los móviles libres reinan por encima de los teléfonos adquiridos a través de operadores móviles, los cuales te obligaban a permanecer con dicha compañía si querías seguir utilizándolos.
- El diseño de los móviles ha propiciado que sean mucho más frágiles que antes, debido principalmente a su pantalla.
- El teclado, tal y como lo concebíamos anteriormente, ya no está con nosotros físicamente. Ahora, es táctil.
- El contestador automático o buzón de voz, como se conoce ahora, al que ya no se le da la utilidad de antes cuando solíamos dejar el mensaje a la persona que no nos cogía el teléfono. De hecho, seguro que ya ni nos acordamos de cómo se configuraba.
- Las llamadas perdidas que tanto significado guardaban (bien porque no teníamos saldo o para indicar que ya nos encontrábamos en el lugar en el que habíamos quedado), han sido sustituidas por las llamadas ilimitadas, para que te comuniques con quien quieras sin límites.
- Los míticos politonos han desaparecido y se han sustituido por las canciones actuales.
- En algo menos de 30 años hemos reemplazado al SMS o MMS, si iba acompañado de imágenes, audios o GIFS, por el actual WhatsApp, del que ahora no somos capaces de despegarnos.
- Antes había que pagar cada vez que nos metíamos a internet. Ahora, y siempre que lo tengamos contratado con la tarifa, disponemos de gigas para navegar por internet cuando y como queramos, ya sea para leer noticias, jugar a juegos online o ver nuestras redes sociales.
- En lo que a conectividad se refiere, también ha sido clave la evolución experimentada en el móvil. Hemos abandonado los infrarrojos, por la tecnología Bluetooth, que nació para enviar fotos, música o contactos entre dispositivos. A ella se sumó la tecnología NFC, pero ambas se han quedado a la sombra del wifi, al que podemos conectarnos para hacer eso y todo lo que te imaginas.
- Actualmente, también podemos descargarnos apps, que nos permiten desde hacer un bizum con la aplicación del banco, comprobar la declaración de la renta en la app de la Agencia Tributaria hasta acceder a nuestros informes médicos en la aplicación de salud de nuestra Comunidad Autónoma.
- En los juegos, hemos pasado del interminable Snake a un amplio abanico de juegos de distintas plataformas.
- A día de hoy también podemos hacer fotografías de máxima calidad, y que, dependiendo del modelo, los smartphones con buena cámara, pueden llegar a ser mejores que las de las propias cámaras de fotos. Algo que no sucedía con los primeros móviles. De hecho, no fue hasta 1997 cuando se construyó el primer teléfono con cámara fotográfica.
- Y de la SIM se ha pasado a la eSIM, la tarjeta SIM electrónica que ha venido a sustituir a la tarjeta SIM física para ahorrar trámites a la hora de hacer una portabilidad a otra compañía.
- Otra de las funciones de la SIM antes era la de guardar los contactos. Sin embargo, ahora la mayoría de las personas los suelen guardar en la nube.
- Los móviles ya incorporan asistentes de voz como Siri en el caso de Apple o Google Assistant en Android con los que podemos interactuar para consultar lo que necesitemos saber.
- En lo que a redes se refiere, hemos alcanzado la quinta generación de redes móviles con el 5G, que se está expandiendo por todo el territorio nacional. Hemos visto pasar por la tecnología 2G, 3G, 4G Y 4G + hasta llegar al 5G.
Son muchas las cosas que se han dejado por el camino y que, a medida que vaya pasando el tiempo, acabarán desapareciendo. Y otras tantas las que han aparecido y las que quedan. Y es que no queda otra: evolucionar o morir.